El poder del Home Staging como herramienta de marketing

Home Staging

Vender una casa no es como subir unos vaqueros a Wallapop. Ojalá fuera tan simple como poner cuatro fotos, escribir “poco uso” y esperar a que alguien venga a por ella con dinero en mano. Aquí entran en juego miles de cosas: visitas, llamadas, preguntas absurdas tipo y gente que se presenta solo por cotillear.

Y lo peor es que mucha gente piensa que la clave está en bajar el precio. “Bah, si no se vende, le bajo diez mil y ya está”… pero la verdad es que eso no siempre funciona. Porque el problema no es solo lo que cuesta, sino cómo se ve. Y aquí es donde llega el famoso Home Staging.

Es súper simple: se trata de preparar la casa para que entre por los ojos. Y la verdad es que, cuando lo entiendes, no vuelves a mirar los pisos de la misma forma.

 

Qué es eso del Home Staging y por qué todos hablan de ello

Antes de que te imagines que el Home Staging es algo tipo reality show de decoración con gente llorando porque tiraron su sofá viejo… calma, porque es mucho más básico que eso. Es preparar una vivienda para que guste más y se venda más rápido.

Para no sonar como una Wikipedia con zapatillas, mejor te lo digo con las palabras de Segohouse, una agencia inmobiliaria con mucha experiencia en esto: “El Home Staging consiste en realzar los puntos fuertes de una vivienda, neutralizar los débiles y conseguir que un posible comprador se imagine viviendo en ella desde la primera visita.”

Se trata de que la casa se vea tan bien que la persona que entra piense “Vale, me quiero quedar aquí ya”. Y no hace falta cambiarlo todo ni dejarse un dineral. Muchas veces son cosas simples como pintar de blanco, ordenar, sacar trastos, poner cojines monos, dejar entrar más luz y quitar los mil imanes de la nevera.

La idea es que la vivienda se muestre como un espacio con vida, pero sin parecer un episodio de “Acumuladores”.

 

Por qué vender una casa puede ser un suplicio si no haces nada

Seguro que conoces a alguien que lleva meses intentando vender un piso y no hay manera. La típica historia: cuelga fotos oscuras con muebles del año de la polka, las persianas bajadas y, encima, pide un precio que ni en sueños. Y claro, luego se sorprende de que no le llame nadie.

Lo normal es que llegue un comprador, entre en la casa y lo primero que piense sea: “Puf, qué lío, aquí hay que hacer de todo, paso”. Aunque la vivienda esté bien estructurada y no tenga problemas graves, la sensación general es horrible. Es como cuando entras a un probador con mala iluminación: igual la prenda está bien, pero las luces te hacen parecer zombie. Y no, nadie compra en modo zombie.

Lo que hace el Home Staging es precisamente evitar ese momento bajón. Es como decirle a la vivienda: “Tía, arréglate un poco que tienes visita”. El piso se muestra en su mejor versión y no necesitas justificar con frases de manual tipo: “Sí, está un poco oscuro, pero si tiras este tabique y pintas todo…”. Nadie quiere hacer matemáticas de reformas cuando está visitando casas. La gente quiere imaginarse llegando con sus cajas y montando Netflix el mismo día.

 

Cómo cambia la película cuando aplicas Home Staging

Los pisos sin Home Staging son un festival de cortinas de encaje, manteles de plástico y lámparas que parecen reliquias familiares. Te da la sensación de que, si tocas algo, vas a despertar a un espíritu de los 80. En cambio, los que sí lo aplican parecen sacados de Pinterest, pero sin ser falsos ni exagerados. Se ven limpios, con espacio, cuidados y con esos detalles simples que hacen pensar: “aquí viviría a gusto”. Y eso, quieras o no, engancha.

Está más que comprobado que una vivienda preparada así se vende mucho más rápido y en mejores condiciones. El comprador no siente que tenga que reformar media casa ni gastar un dineral extra. Simplemente se imagina entrando con sus cosas y listo.

Más que un capricho, el Home Staging es una estrategia de marketing pura y dura. Multiplica las opciones de cerrar una operación sin tener que estar tirando precios como si fueras a rematar la liquidación de una tienda.

 

Lo que se suele hacer en un Home Staging

Por si piensas que esto es poner cuatro velas aromáticas y listo, te cuento lo que normalmente se hace y que marca una diferencia brutal.

  1. Orden extremo. Nada de “por si acaso”. Esos trastos que llevan años ocupando espacio tienen que salir sí o sí. Cuanto menos ruido visual, mejor.
  2. Colores neutros. Blanco, beige, gris suave… nada de paredes fosforito o rojas pasión. Así no hay pelea de gustos y todo se ve más amplio.
  3. Luz natural. Persiana arriba, cortinas fuera y que entre todo el sol posible. Un piso luminoso siempre gana puntos.
  4. Muebles básicos. Los justos para entender el espacio. No hace falta tener diez sillas en el comedor ni vitrinas llenas de figuritas.
  5. Detalles monos. Plantitas, un par de cojines, una manta suave… lo justo para dar vidilla sin que parezca un catálogo de Ikea.
  6. Fotos profesionales. Se acabaron las fotos borrosas hechas con el móvil de tu tío. Una buena cámara y encuadres cuidados marcan la diferencia.

Y ya está. No suena complicado, pero créeme, el cambio es increíble: la gente pasa de ver un piso que parece sacado de la serie de sus abuelos a una vivienda en la que, sin exagerar, se imaginan pidiendo pizza en el sofá desde el primer día.

 

El efecto psicológico que no te esperas

Lo divertido de todo esto es que el Home Staging juega muchísimo con la cabeza del comprador, aunque ni se dé cuenta. Tú entras en una casa y tu cerebro empieza a decidir en segundos si te ves ahí o no. No te pones a calcular metros, ni a hacer ecuaciones con los tabiques, ni nada de eso. Es pura sensación: “me gusta” o “me agobia”. Y si el ambiente es agradable, tienes medio camino hecho sin esfuerzo.

Por eso funciona tan bien. No obliga a nadie, no engaña a nadie, simplemente hace que todo fluya más fácil. El comprador se relaja, se fija en lo que mola del sitio y deja de inventarse excusas tontas tipo “es que me recuerda a la casa de mi tía”. Además, si varias personas visitan un piso con Home Staging, lo normal es que aparezca un poquito de competencia. Y ya sabes lo que pasa: el piso vuela antes de que el dueño se dé cuenta.

La gracia está en que no es magia ni brujería. El piso es el mismo, pero al enseñarlo en su mejor versión, multiplicas las posibilidades de que la gente diga: “sí, este es el mío”. Y eso vale oro.

 

Lo que me parece más gracioso del tema

Te voy a confesar lo que más gracia me hace: la cantidad de gente que va de lista diciendo “bah, eso es postureo, la casa es la que es”. Y yo pienso: vale, muy bien, pero luego no llores cuando llevas seis meses con el piso colgado en portales y nadie te llama. Porque, seamos sinceros, si no enseñas bien algo, nadie lo va a valorar como toca.

El Home Staging no es un engaño, lo único que hace es mostrar lo que ya está ahí de una forma más atractiva y agradable para el que entra por primera vez.

Mucha gente dice “yo no necesito eso, que lo vean tal cual”. Y sí, claro, se puede… pero ya sabemos cómo acaba: visitas que no vuelven, comentarios tipo “qué oscuro” o “demasiado recargado” y, al final, bajar el precio. Todo por no recoger cuatro cosas y ordenar un poco.

Lo gracioso es que luego, cuando por fin alguien prueba el Home Staging, suelta el típico: “buah, si lo llego a saber lo hago antes”. Pues claro, amigo, ahí estaba el truco desde el principio.

 

El futuro de las ventas inmobiliarias pasa por aquí

Si me preguntas, creo que dentro de unos años lo raro será ver un piso sin Home Staging. Ahora todavía hay quien piensa que es opcional, pero llegará un momento en el que sea lo normal. Un poco como las fotos retocadas en redes: antes eran raras, ahora son el pan de cada día.

Al final, lo que importa es que este tipo de técnicas ayudan a vender sin dramas. Menos visitas eternas, menos negociaciones pesadas y más operaciones cerradas rápido. Y oye, menos dolores de cabeza para todos.

 

Un pensamiento que me queda

Si tienes la oportunidad de mostrar lo mejor de un lugar, ¿por qué no hacerlo? Nadie pierde, al contrario, todos ganan: el que vende porque se ahorra meses de espera, y el que compra porque encuentra un sitio donde se siente cómodo desde el primer momento.

Así que sí, es una herramienta de marketing, pero también una forma de hacer la vida más fácil. Y para mí, si algo sirve para quitar problemas de encima, merece la pena.

Categorias

Proin faucibus ex nec mauris sodales, sed elementum mi tincidunt. Sed viverra egestas nisi consequat. Fusce sodales ultrices augue a accumsan.

Mas leidos

Scroll al inicio