Millones de personas en España acuden cada invierno a las estaciones de esquí o realizan excursiones a parajes naturales nevados. Para ello aprovechan los puentes que se les presentan en esas fechas, planifican una escapada de fin de semana o reservan una parte de sus vacaciones de Navidad.
Según la revista Gaceta del Turismo, en el invierno del 2022, las estaciones de esquí españolas recibieron un total de 5.832.435 de visitantes. Esta es la tónica dominante. Parece ser que los 5,8 millones de visitantes es la afluencia media de estas instalaciones todos los inviernos. Alrededor de un 60% de los españoles afirman haber visitado la nieve al menos una vez en la vida.
José Luis, un estudiante universitario de Barcelona y sus amigos, lo hacen cada año. Al terminar los exámenes del primer cuatrimestre de la facultad, en febrero, disponen de algo más de una semana sin clases, la cual aprovechan para hacer una escapada a una estación de esquí del Pirineo Catalán y desconectar de los estudios.
Lo llevan haciendo durante toda la carrera. Dice José Luis que cuando hizo este viaje por primera vez nunca había visto la nieve. Fuera de aquel invierno, a principios de este siglo, que nevó en Barcelona. “Pero eso no cuenta” – nos dice.
Mariano Torres, un apasionado de los deportes de invierno, fundador y director de Tabei Adventures, una agencia que lleva programando viajes y actividades desde hace más de 15 años, indica que las escapadas a la nieve llaman la atención tanto de los neófitos como de los experimentados. Un tipo de viaje que cada vez tiene más demanda, y donde los turistas buscan planes diferentes que se salgan del simple alojamiento en un hotel y del uso normal de las pistas en cualquier estación de esquí.
Un evento de ocio, cada vez más popular, ligado a la estación invernal.
Destinos de nieve.
La web de viajes Skyscanner nombra a la estación de Sierra Nevada, en Granada, como la mejor estación de esquí de España. Lo hace no solo por su equipamiento, que desde luego es de los más completos del país, y por sus buenas comunicaciones, sino por la experiencia que representa visitarla.
A menos de 100 kilómetros en coche pasas del microclima tropical de Motril, con un agradable calorcillo hasta en invierno, a congelarte en los alrededores del Mulhacén, el pico más alto de la península ibérica. Desde la Alhambra de Granada se divisa Sierra Nevada y desde la estación sientes que está a solo un paso de la capital nazarí. Una sensación, que aunque sea inconsciente, marca tu visita.
En la Sierra de Gredos (Ávila) no hay ninguna estación de esquí, pero tal vez sea uno de los lugares más apropiados para disfrutar de la nieve en estado puro. Todos los inviernos la sierra se cubre de un manto blanco, presentando la montaña desde una apariencia diferente. En la zona se organizan multitud de actividades deportivas que van desde sesiones de senderismo, hasta excursiones con raquetas de nieve, que permiten disfrutar de las montañas nevadas en su estado salvaje, dentro de un ambiente controlado.
El Valle de Arán, en el Pirineo de Lérida, es otro de los lugares mágicos para disfrutar de la nieve. En esta comarca histórica encuentras la estación de Baqueira Beret, la estación de esquí más grande de España, con un total de 100 pistas y 161 Km esquiables. A pocos kilómetros está la estación de Tavascán, más pequeña, pero no por ello menos acogedora.
Otros destinos de nieve dignos de visitar son el puerto de Navacerrada en Madrid y Formigal en Huesca.
El equipamiento básico.
Si vas a la nieve en invierno debes ir perfectamente equipado. Estos son algunos complementos que no te pueden faltar:
- Ropa térmica y de abrigo en capas. El truco de resistir bien las bajas temperaturas que se dan en la nieve está en vestirse por capas: una interior térmica, otra aislante (forro polar o plumas) y una exterior impermeable y cortaviento. Así regulas mejor la temperatura corporal y evitas enfriarte.
- Calzado adecuado e impermeable. Las botas de nieve o de montaña con suela antideslizante son esenciales. Mantienen los pies secos y evitan resbalones en superficies heladas.
- Guantes, gorro y bufanda o braga de cuello. En las zonas heladas, las extremidades pierden calor con rapidez, así que conviene proteger manos, cabeza y cuello con prendas de abrigo transpirables.
- Gafas de sol y ventisca. La radiación UVA se refleja con fuerza en la nieve, por lo que unas buenas gafas (preferiblemente polarizadas) evitan daños en los ojos y deslumbramientos.
- Crema solar y protector labial. Aunque haga frío, el sol a gran altitud quema la piel. Para ello es necesario usar protección solar alta y un bálsamo labial con filtro de rayos UVA.
- Documentación y dinero en efectivo. Aunque vas a viajar a un territorio controlado, es importante llevar la documentación encima, para estar identificable ante cualquier imprevisto que surja. También deberás llevar una pequeña remesa de dinero en efectivo. Por las complicaciones de la alta montaña puede ser que realices compras en establecimientos donde no funcione bien el datáfono o no lo tengan. Sobre todo si te alejas un poco de las estaciones de esquí.
- Kit básico de primeros auxilios. Llevar un kit básico de primeros auxilios es elemental. En él debes incluir tiritas, analgésicos, desinfectante y vendas, que pueden sacarte de un apuro ante rozaduras y pequeñas lesiones.
- Agua y snacks energéticos. El frío también deshidrata. Llevar agua, frutos secos y barritas energéticas ayuda a mantener la energía durante la jornada.
Cultura y tradición.
Hacer una escapada a la nieve te da la oportunidad de conocer tesoros ocultos de la geografía nacional. Un ejemplo de ello son las Alpujarras de Granada, situadas en las inmediaciones de la estación de Sierra Nevada. Un conjunto de bellas aldeas de montaña, construidas por los árabes en la edad media, y donde se refugió el rey Boabdil con su corte, una vez Granada fue conquistada por los reyes católicos.
En las Alpujarras encuentras pueblos preciosos de casas encaladas, encaramadas en las faldas de las montañas, que han conservado su cultura y su artesanía a lo largo de los siglos. Entre esos pueblos se encuentra Pampaneira, con sus calles empedradas y su aire medieval o Capileira, considerado como el balcón de las Alpujarras, por las magníficas vistas que ofrece. En Trevélez probarás uno de los mejores jamones serranos de España y en Soportujar te empaparás de las leyendas de una comarca que ha pasado periodos de tiempo aislada.
Otro lugar de montaña digno de conocer es el Valle de Arán. Una comarca que conserva su propio idioma, el aranés, procedente del occitano, no del catalán, a pesar de estar en Lérida. Así como su propia cultura y organización territorial, heredada de la edad media. Un lugar salpicado de iglesias románicas y casas de montaña construidas en piedra y madera, con sus tejados puntiagudos de pizarra negra.
En esta comarca, en la antesala de la estación de Baqueira Beret, encuentras algunos de los pueblos más bonitos de España. Como Arties y Salardú. Pueblos cuidados con esmero en los que parece que estás recorriendo el escenario de una postal navideña.
Consejos prácticos.
Si es la primera vez que vas a la nieve, estos son algunos consejos prácticos que vale la pena tener en cuenta:
- Infórmate del destino y las condiciones meteorológicas. Antes de salir, consulta el parte meteorológico y el estado de las carreteras. Algunas estaciones cierran pistas o carreteras por viento, hielo o riesgo de aludes. Así evitarás sorpresas y podrás planificar mejor la escapada.
- Alquila el material antes de llegar. En temporada alta, las colas para alquilar esquís, tablas o trineos pueden ser largas. Reservar el equipo online o en tiendas cercanas a tu alojamiento, te permitirá ahorrar tiempo y dinero.
- No subestimes la altitud. En zonas de montaña puedes notar mareo, dolor de cabeza o cansancio. Sube poco a poco, hidrátate bien y evita esfuerzos intensos el primer día.
- Empieza con actividades sencillas y seguras Si no sabes esquiar, puedes probar con trineos, raquetas o caminatas suaves sobre la nieve. Familiarizarte con la nieve sin presión es la mejor forma de disfrutarla.
- Aprovecha las zonas de descanso y cafeterías. Entrar a lugares cálidos a descansar cada cierto tiempo ayuda a mantener la temperatura corporal y a disfrutar más de las vacaciones.
- Cuida tu cuerpo después de cada jornada. El frío y el esfuerzo físico pueden pasar factura. Estirarte un poco en la cama, hidratarte con agua o con una infusión caliente, tomar una ducha al llegar al hotel y aplicarte crema hidratante en cara y manos, mitigará los efectos del frío y de la nieve.
- Disfruta de tu estancia sin prisas y con precaución. El primer contacto con la nieve puede ser abrumador. Lo importante es disfrutar con seguridad, aprender poco a poco y dejarte sorprender por el entorno.
Una escapada a la nieve puede convertirse en un evento inolvidable. Una manera distinta de disfrutar tus viajes en una estación donde la costumbre te indica que te quedes en casa.




