Cuando vamos a abrir un negocio físico: un taller, un restaurante, un comercio necesitamos solicitar una licencia de actividad en nuestro ayuntamiento. Contar con un informe favorable redactado por un ingeniero es un requisito imprescindible.
Los ingenieros de Prada Ingenieros, un estudio de ingeniería ubicado en Pozuelo de Alarcón (Madrid) con más de 30 años de experiencia en tramitación de licencias de apertura, nos cuentan que cualquier solicitud de licencia debe ir acompañado de un informe que evalúe las condiciones del local respecto a la insonorización, protección contra el fuego, acceso de discapacitados, etc.
Para la inauguración de un negocio con una sede física, la web Emprendedores señala que hay que efectuar tres trámites generales, con independencia de la actividad que se vaya a desarrollar: La inscripción en Hacienda y en el Registro mercantil, el alta en la Seguridad Social y la solicitud de la licencia municipal.
Respecto a los trámites con Hacienda, será necesario darse de alta en el I.A.E. (Impuesto sobre Actividades Económicas, en el epígrafe correspondiente a nuestra actividad). También deberemos inscribirnos en el registro de retenedores de I.V.A. y efectuar la declaración censal de inicio de actividad con el objeto de obtener el C.I.F. Si además, el negocio se va a legalizar con una forma jurídica societaria (S.L. o S.A.), o cualquiera de sus variantes, deberemos inscribirnos en el Registro Mercantil.
El siguiente paso es dar de alta el negocio en la Seguridad Social. Si lo vamos a gestionar como autónomos, bastará con que nos demos de alta a título personal en el R.E.T.A. (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos). Si adoptamos una personalidad jurídica de sociedad, además deberemos inscribir a la empresa en la Tesorería General de la Seguridad Social y dar de alta a los trabajadores.
El último trámite importante es la licencia municipal de apertura. Esta hace referencia a que las instalaciones físicas en las que se van a desarrollar la actividad cumplen todos los requisitos legales para poder desempeñarla y, por tanto, el ayuntamiento de tu ciudad te autoriza a llevarla a cabo.
Recuerda que si no cuentas con esta licencia, no podrás poner en marcha el negocio. Básicamente, la solicitud consiste en la cumplimentación de un formulario oficial y en la presentación de una serie de memorias técnicas sobre las medidas sanitarias del local, de respeto al medio ambiente, de seguridad e higiene, etc. elaboradas por profesionales cualificados independientes. En este caso, ingenieros.
Estos son los aspectos que analizan los ingenieros para la tramitación de aperturas de algunos de los negocios más habituales:
Apertura de un taller.
Para inaugurar un taller, además de solicitar la licencia municipal, será necesario darse de alta en la actividad industrial correspondiente. Para la cual habrá que elaborar un informe adicional en el que se detalla que las instalaciones cumplen los requisitos específicos para realizar esta actividad.
En primer lugar, los ingenieros se centran en comprobar el cumplimiento de normativas y regulaciones locales, verificando que el lugar propuesto cumpla con los requisitos específicos para actividades industriales. Analizan también la idoneidad del espacio, asegurándose de que supere los estándares mínimos de seguridad y salud laboral, con especial atención a la ventilación y la prevención de riesgos.
La revisión de las instalaciones eléctricas y la adecuación de los sistemas contra incendios son puntos cruciales. Los ingenieros se aseguran de que los talleres cuenten con instalaciones eléctricas seguras y eficientes, además de verificar la presencia y eficacia de sistemas anti-incendios adecuados a la actividad.
La gestión de residuos es otro aspecto analizado, evaluando cómo se manejarán y eliminarán los desechos generados por la actividad del taller, siempre en conformidad con las normativas ambientales. Además, los ingenieros estudian la viabilidad técnica del proyecto, considerando si el lugar es apto para albergar el tipo específico de taller que se pretende abrir.
Bares y restaurantes.
Cuando se va a coger un local para poner en marcha un negocio de hostelería, siempre es recomendable consultar a técnicos especializados antes de alquilar o comprar el local. Debemos asegurarnos de que el local cumple las características para albergar este tipo de negocio.
Esto nos evitará serios problemas. En ocasiones, el local no está habilitado y necesita una importante inversión para tener la licencia correspondiente.
Dentro de la hostelería hay diferentes licencias específicas. Para Restaurantes, Bares, cafeterías, salones de banquetes. Si bien todos ellos deben estar adaptados para que accedan personas con minusvalías físicas, deben tener una salida de emergencia, contar con un plan de protección contra incendios y estar debidamente insonorizados, lo cierto es que cada licencia tiene sus propios requisitos.
Por ejemplo, para solicitar la licencia de un bar, los ingenieros deben valorar la existencia de un espacio adaptado para la atención al cliente en barra, donde se sirven bebidas y posiblemente aperitivos, lo que implica una distribución específica de mobiliario y equipamiento. Los ingenieros evaluarán la capacidad del lugar para albergar la barra, considerando la instalación de sistemas de refrigeración adecuados para bebidas.
La ingeniería para un bar se enfocará en la implementación de sistemas de ventilación eficientes, la gestión de residuos, etc.
Por otro lado, para obtener la licencia de restaurante se requieren evaluaciones más específicas como las instalaciones de cocina, sistemas de extracción de humos, disposición de mesas para optimizar el servicio y capacidad de aforo.
Centros sanitarios.
La web Ingenieros Valladolid, propiedad del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales de esta provincia castellana, hace especial hincapié en el papel que cumplen los ingenieros en el funcionamiento de un centro hospitalario.
En una entrevista realizada por la cadena COPE, el ingeniero José Luis Vidaña cuenta como los ingenieros son los responsables del funcionamiento de los equipos de resonancia magnética, así como de cualquier equipo electro-médico que se utilice en al centro. Pero, además, se encargan de supervisar la instalación y mantenimiento de infraestructuras que no son estrictamente sanitarias como los ascensores, los equipos de climatización o la fontanería.
En un hospital, todo debe funcionar a la perfección, en todo momento. Nada puede fallar. De esta forma se podrá prestar la asistencia sanitaria que requieren los enfermos. De ahí lo importante que es un ingeniero dentro de un hospital.
Si pensamos en centros sanitarios no podemos limitarnos a los hospitales. Dentro de esta categoría se encuentran las ópticas, las clínicas dentales, los laboratorios clínicos, los centros sanitarios polivalentes, las consultas privadas, etc. Donde los ingenieros deben corroborar con sus informes que las instalaciones cumplen todos los requisitos técnicos sanitarios para poder prestar sus servicios antes de solicitar la apertura del centro.
Aunque no son centros sanitarios propiamente dichos, las clínicas veterinarias, los estudios de tatuaje y los centros estéticos de micro-pigmentación también deben cumplir una serie de estrictos requisitos de seguridad e higiene para solicitar su licencia de apertura.
Centros educativos.
Algo parecido a la categorización de los centros sanitarios sucede con los centros educativos. En esa categoría se incluyen los colegios privados, academias, guarderías, gimnasios, etc.
Al solicitar la apertura de un centro de enseñanza, los ingenieros se centran en evaluar si las instalaciones son idóneas para realizar la actividad educativa prevista. Asegurándose de que el espacio cumpla con los requisitos necesarios para brindar un entorno seguro y funcional.
En el caso de guarderías, la evaluación incluye aspectos como la disposición de áreas de juego, adecuadas y seguras, la implementación de sistemas de seguridad para prevenir accidentes, y la verificación de las condiciones higiénicas en las instalaciones. Los ingenieros comprueban que las aulas estén diseñadas para el confort y la seguridad de los niños, con especial atención a la ventilación y la iluminación.
Para academias y colegios, se examinan aspectos más específicos, como la distribución de las aulas en función de las necesidades pedagógicas, la accesibilidad para personas con discapacidad, y la infraestructura tecnológica requerida para el aprendizaje. Los ingenieros evalúan la capacidad eléctrica, la implementación de sistemas de climatización eficientes, y la disposición de salidas de emergencia en cumplimiento con las normativas de seguridad.
La revisión de instalaciones deportivas también puede ser parte integral del proceso de evaluación, asegurándose de que cumplen con los estándares para actividades físicas y deportivas. Además, se verifica la conformidad con normativas locales y nacionales relacionadas con la seguridad contra incendios, accesibilidad para personas con movilidad reducida, y otros requisitos de construcción.
En términos de infraestructura tecnológica, los ingenieros evalúan la capacidad para implementar sistemas audiovisuales y de conectividad necesarios para la enseñanza actual, adaptándose a la creciente integración de la tecnología en el entorno educativo.
Para solicitar la apertura de cualquier negocio, los ingenieros preparan toda la documentación técnica requerida, partiendo de las exigencias normativas a nivel nacional, autonómico y municipal.
Suelen llevar un seguimiento de la documentación, contestando a los requerimientos que a tal efecto hagan los ayuntamientos.
En el caso de que haya efectuar obras para adecuar las instalaciones a la actividad del negocio, se encargarán de elaborar la Certificación Fin de Obra con el objeto de obtener la licencia definitiva.
En general, para cualquier tipo de negocio con instalaciones físicas que se quiera abrir, la intervención de los ingenieros es crucial para obtener la licencia de apertura.