En España están de moda las panaderías que venden pasteles de estilo americano. En estos establecimientos podrás degustar los éclairs, cupcakes, muffins, brownies, etc.
Los éclairs son típicos de la pastelería francesa, tradicionalmente de chocolate, café y vainilla, pero ahora encuentras otros sabores. Estos dulces se elaboran con leche, agua, mantequilla, harina, huevos y sal.
Para hacer la pasta choux se requiere técnica. «Debemos tener en cuenta que hay que cocer la masa hasta que la harina despegue (o esté cocida) y debemos hornearlos a una temperatura de unos 220º hasta que doren para después bajar la temperatura del horno y cocer unos 6-7 min más. Si no lo hacemos así pueden quedarnos crudos. Seguramente no necesitaremos más de dos o tres intentos para hacer unos éclairs perfectos», dice el pastelero Carles Cusidor.
«El relleno puede ser de lo que queramos: crema de chocolate, pastelera, mascarpone, café, etc. Para la decoración normalmente se utiliza glasa real para napar. Puede hacerse de los colores que nos apetezcan y su composición es a base de claras de huevo, azúcar glas y zumo de limón. Finalmente puedes terminarlos con algún fruto seco picado y garrapiñado, frutos rojos, fideos de chocolate o lo que se te ocurra», explica el chef Eugeni Cortés.
Sin embargo, las chicas de ‘Sexo en Nueva York’ preferían los cupcakes, ya que disfrutaban de estos dulces en Magnolia Bakery.
El cupcake se trata de un pequeño pastel cuyo aspecto es muy similar a la magdalena, decorado con chocolate, ‘frosting’, caramelo, etc.
Pero, no es una magdalena, ya que su textura es mucho más jugosa. Aparecieron en Estados Unidos en el siglo XIX, en ese momento se usaba una taza para medir el volumen de las elaboraciones, por eso su traducción es ‘pastel de taza’.
«En Irlanda y en muchos otros países al cupcake se le conoce con el nombre de ‘fairy cake’ (pastel de hadas). Esta es una descripción fantasiosa de su tamaño, ya que, según los pasteleros, este dulce sería el apropiado para una fiesta de hadas», cuenta la pastelera Aisling Mackin.
Si te apasiona el chocolate te encantará el brownie. Tradicionalmente se prepara con azúcar, chocolate, mantequilla, harina y huevos, aunque también se le añaden nueces o frutos secos.
Surgió por un error culinario, es decir, cuando un cocinero se olvidó de añadir levadura al bizcocho que estaba horneando.
El Confidencial informa que «a la hora de batir todos los ingredientes, resulta fundamental controlar los movimientos. El brownie no debe sufrir un batido excesivo, esta es la principal diferencia con un clásico bizcocho de chocolate. Para conseguir la consistencia adecuada -densa y húmeda-, se recomienda disolver el azúcar en la mantequilla en tres partes: primero el azúcar moreno, luego la mitad del azúcar blanco y por último el azúcar restante».
Los macarons, uno de los dulces con más presencia en bodas, bautizos y comuniones. Típicos de la repostería francesa y se preparan con almendra molida, clara de huevo y azúcar.
Los macarons son populares gracias a Catalina de Médici, madre de Enrique III, quien ordenó servir este dulce en la boda del duque de Joyeuse. Cuenta la historia que el duque llevó la receta de estos dulces a Joyeuse, donde fueron todo un éxito.
Para preparar estos dulces es importante que las claras estén envejecidas, para que se monten con más facilidad. Sólo tienes que separar las claras un par de días antes y es importante dejarlas reposar en la nevera semitapadas, para que respiren.
Es aconsejable batir las claras suavemente y poco a poco incrementar el ritmo. Para conseguir macarons de diferentes colores escoge colorantes en polvo, ya que tienen menor grado de humedad.
Si quieres abrir un bakery y preparar estos dulces tan populares, antes debes estudiar pastelería y aprobar el curso de manipulador de alimentos.
Esto lo sabe bien los profesionales de Formahostel, expertos en ofrecer un gran abanico de cursos de hostelería online y a distancia de corta duración, para profesionales del sector de la hostelería y el turismo.
Ellos explican que el carnet de manipulador de alimentos «es un documento que certifica que una persona ha recibido la formación adecuada en cuanto a la higiene alimentaria y las buenas prácticas en la manipulación de alimentos. Este carnet es necesario para trabajar en cualquier actividad relacionada con la preparación, fabricación, transformación, elaboración, envasado, almacenamiento, transporte, distribución, venta, suministro y servicio de alimentos».
Si no tienes tiempo de asistir a las clases presenciales, no te preocupes, ya que puedes dar las clases virtuales desde cualquier lugar con acceso a Internet.